La profe Erna nos había pedido
dividir el curso en 3 y el primer grupo debía traer mucho diario. Para variar
no sabíamos para que era, sólo lo llevamos. Yo era del primer grupo y cuando
empezó la clase, mi grupo debía ponerse al medio de la sala en un círculo y
dejar los diarios al medio. El resto de los compañeros se sentaron en las
sillas al rededor del círculo y sólo podrían observar los que hacíamos con el
mayor respeto.
Estábamos un poco hiperventilados
para variar, y a la profe le costó hacernos callar. Cuando al fin logró crear
un ambiente de silencio el profesor nos dio la tarea de pensar en alguien que
fuera muy importante para nosotros, que haya influido en algo que marque mi
vida, alguien que sea un gran aporte esencial.
Mientras pensábamos, el profesor nos
daba más ideas para buscar a esta persona tan importante, generando así un
ambiente reflexivo. En ese momento me sentí muy tranquila, no me costó nada
encontrar a esa persona y mientras el profesor hablaba, yo confirmaba que había
elegido a la persona correcta
Observadores |
.
Luego a de estos minutos para pensar,
la siguiente tarea era crear un objeto sencillo, concreto y que represente a
esta persona. Sólo debíamos usar el diario que habíamos traído y scotch que nos
pasaron los profes.
Al principio dude mucho, no sabía que
crear, ya que, es muy difícil definir a alguien en un objeto. En esta situación
me puse a pensar que representa para mi esta persona y cuando lo encontré,
decidí crear una mano de diario.
Elegí la mano, porque es un elemento
del cuerpo por el cual creamos y entregamos. Para mí una mano abierta simboliza
la entrega; una entrega desinteresada hacia el otro, de la que se reciben cosas
reconfortantes y se aprende mucho.
Participantes creando |
Después, cuando ya todos teníamos nuestro objeto creado y terminado, nos dieron unos minutos para tomarnos fotos y que todos puedan observar bien el objeto. Este momento quebró el ambiente, ahora había risas y alegrías, todos participaban.
Para volver a crear el ambiente reflexivo el profesor nos pidió que volviéramos al círculo y los compañeros que solo observaban, se sentaran en el suelo atrás de nosotros en forma de apoyo, queriendo decir que estaban ahí por y para nosotros.
En este momento se creó confianza y
uno por uno íbamos pasando al centro a explicar a quién habíamos elegido, por
qué la elegimos y por qué decidimos crear tal objeto. Fue impresionante como se
abrió cada uno hacia el curso, demostrando confianza y entregándose. Como que
mágicamente afloró la sensibilidad de todos y escuchamos respetuosamente.
El momento que se dio y que todos estábamos
abiertos escuchando al otro, es algo que no pasa en ninguna otra carrera, somos
seres sensibles, y estamos todos aquí por un fin en común, optamos por un
estilo de vida distinto, coincidimos con nuestros ideales, y nos caracteriza la
empatía.
Siento
que quedó claro, que aquí, estamos muy bien acompañados.
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