Hoy nos toca la clase de
movimiento creativo y yo me imaginaba
que era como expresión corporal al ritmo de algún tipo de música, porque la
profe Erna nos pidió que lleváramos ropa cómoda y para ensuciarla por si nos
tirábamos al suelo. Como es costumbre, las clases son sorpresa y nos quedamos
con la intriga toda la semana, de qué haremos en la clase. Todos llegamos muy
ansiosos y vestidos con nuestra tenida cómoda preparados para lo que venga.
Cuando empezó la clase, todos
estábamos muy ansiosos e inquietos, nos costaba mucho callarnos y
tranquilizarnos. A pesar de todo la profe Erna logró controlarnos, nos ordenó
en filas y teníamos que poner las manos sobre el compañero de adelante y hacer
una especie de masajes con pequeños golpes por la espalda, hombros y cabeza.
Este trabajo lo hicimos con los ojos cerrados y con un silencio pleno que nos
ayudó a relajarnos y calmar las revoluciones con las que veníamos.
Ahora que estábamos un poco más
tranquilos, realizamos movimientos guiados por la profe Erna, y luego teníamos
que caminar por la sala en distintas direcciones. Mientras caminábamos cada vez
que nos topáramos con alguien debíamos mirarlo a los ojos, cosa que para
algunos es muy común y para otros no tanto. Luego las instrucciones eran darnos
la mano, después tocarnos la oreja, chocarnos las caderas, luego los hombros,
los cachetes y otras actividades mientras
caminábamos en la sala. Fue un trabajo enfocado en la conexión con los demás de
una forma muy entretenida.
Después de haber hecho contacto
con todos los compañeros nos repartimos en grupos y nos sentamos en círculos
por la sala. La tarea era simplemente cerrar los ojos y tomarnos las manos. En
ese momento debíamos sentir lo que nos entregaba esa conexión, sentir las
cualidades del compañero, comparar las manos con los 2 compañeros que tenía al
lado. Y después de ese momento de silencio, cada grupo debía compartir al resto
del curso lo que había recibido. Y fue impresionante lo que todos recibimos y
sentimos con la energía que se transmitió en esta conexión que creamos con el
simple hecho de unir lazos con las manos.
La clase finalizó con un tipo de
relajación, nos acostamos todos en el suelo de la sala y cerramos los ojos,
respiramos profundo y sentimos todas las partes del cuerpo. Este momento para mí
fue muy importante, porque es el único en la semana en el que me puedo olvidar
de todo, solo tengo que concentrarme en respirar y sentir. Así me despejo de
todo lo que traigo arrastrado de la semana y lo suelto. Al volver a abrir los ojos, me sentí muy
tranquila y liberada, ya había tomado conciencia del momento que estoy viviendo
y me sentí completamente otra persona después de esto. En esta clase en general pude liberar
tensiones por medio de los juegos y la respiración, me conecté con mis
compañeros, que ellos vivo esta misma etapa de la vida, y conmigo misma.
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